Para los calefactores que ya tienen sus años los cuidados especiales se tornan clave para que funcionen correctamente, tal como un cero kilómetro. Esa es la mejor forma de ahorrar en este invierno.
Durante los meses de calor nadie se acuerda de ellas, pero en invierno son las reinas por excelencia dentro de una casa. Las estufas —ya sean a gas, eléctricas, o las clásicas boscas—, son un imprescindible durante los días fríos y lluviosos. Por lo mismo, saber cómo mantenerlas en buenas condiciones nunca está demás.El calor popular
Vamos por partes. Las estufas a gas son quizás las más comunes dentro de los hogares chilenos, pero hay que saber usarlas y mantenerlas para aprovecharlas mejor. Según Fernando Figueroa, jefe de ventas de Centro Gas, empresa dedicada al rubro de la calefacción, hay que tener siempre presente que este tipo de artefactos, en menor o mayor medida, consumen oxígeno para hacer su combustión y luego arrojan CO2 al ambiente. Aquí una mala mantención puede costar muy caro.
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“Si no se realizan los chequeos preventivos y si a esto le sumamos que quizás pueden estar ubicadas en un lugar sin ventilación, es posible que puedan ocasionar daños graves a la salud de una persona al extremo de provocar la muerte por intoxicación”, asegura.
Pero, ¿cómo saber cuando están fallando? Primero, por el olor. Una estufa a gas en buen estado puede que emita un poco de olor cuando se enciende, pero no luego de funcionar por algunos minutos. Tampoco debiera tener una llama dispareja ni que emita chispas —lo ideal es que sea de un tono azulado— o producir ruidos anómalos mientras está prendida; mucho menos apagarse sin motivo aparente. Si este artefacto presenta alguno de estos síntomas es recomendable llevarla a un servicio técnico.
El chequeo no demora más de una hora e incluye desarmar la cámara de combustión, limpiar el quemador principal y el piloto, chequear los sensores de seguridad y monitorear las emisiones de CO2. El precio de este chequeo, que idealmente debe realizarse una vez al año, va desde los 15.000 hasta los 35.000 pesos; dependiendo de la marca y modelo del aparato.
Con los cuidados correctos una estufa puede durar en óptimas condiciones a lo menos 8 años, así que la inversión vale la pena. “Recomendamos hacer las mantenciones con personal autorizado por la Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC) y tomar en cuenta todas las instrucciones del fabricante”, dice el experto en el área, Fernando Figueroa.
Calefacción limpia
Con respecto a los calefactores eléctricos la diferencia se centra en que al estar conectados con el sistema eléctrico central de la vivienda, se pueden provocar apagones de luz y el deterioro de otros artefactos, de estar en malas condiciones.
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Y pese a que los entendidos en el tema aseguran que los chilenos se preocupan poco y nada por mantener sus estufas en buen estado luego de algunos años de uso, hay que fijarse en ciertos factores que pueden dar indicios sobre el mal estado de una estufa eléctrica. Cuando al enchufarlas producen un parpadeo en otras luces de la casa, funcionan de manera intermitente o simplemente dejan de calentar, ahí es hora de tomar cartas en el asunto.
Revisar piezas claves como el enchufe de alimentación, los tubos alógenos —si los tiene—, los termostatos, el selector de temperatura, las resistencias eléctricas y el nivel de aceite (para detectar posibles fugas en las estufas oleo eléctricas), son sólo algunos pasos para determinar si el artefacto funciona como debiera. Y cómo no hacerlo, si con 6.000 pesos se puede tener una respuesta concluyente y dormir tranquilo todas las noches.
Pero hay algo en que los mismos usuarios pueden contribuir a diario: usarlas adecuadamente. Se sabe que es peligroso tener estufas eléctricas en lugares saturados de humedad, como baños y cocinas, porque existe el riesgo de electrocución por contacto; además los sistemas internos del aparato se dañan progresivamente al estar sometidos a este tipo de ambientes. En todo caso, hay calefactores especialmente diseñados para lugares más húmedos, como los termoventiladores.
“Es recomendable poner estas estufas en los dormitorios ya que además no hay un sistema más limpio y menos contaminante que éste”, asegura el general general de Mar del Sur, empresa especialista en este tipo de artefactos, Antonio Pi Plubins.
Combustible natural
Las boscas son otra cosa. Este sistema de calefacción a base de leña, requiere otro tipo de precauciones. Aquí lo esencial es la madera que se usa para la combustión. Mientras se utilice leña seca no habrá mayores inconvenientes, pero por el contrario si la madera está verde o húmeda sí los habrá. Son signos inequívocos de que algo anda mal que el vidrio del aparato se torne negro oscuro, que se devuelva el humo a la habitación o que falte fuerza para el tiraje.
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La combustión de la madera, sobre todo si está verde o mojada, produce una resina llamada creosota que se va adhiriendo a las paredes de la bosca y es altamente corrosiva e inflamable. Por lo mismo, se recomienda realizar mantenciones periódicas al terminar la temporada invernal y en zonas en donde es más difícil encontrar leña seca, los expertos estiman conveniente realizarla cada 15 días.
Cuidar una bosca debe hacerse con profesionales. Se introduce una escobilla metálica para raspar los cañones interiores y así remover cualquier tipo de sedimento que se haya pegado y que impida el paso libre del humo hacia el exterior. El precio de mantener el mecanismo limpio varía entre los 40.000 y 50.000 pesos, dependiendo del tipo de instalación de la misma.
“En la zona central las personas tienen mayor conciencia del peligro, pero más al sur va disminuyendo ya que por lo general las mantenciones no son realizadas por personal calificado. Esto causa mayor incidencia de amagos de incendio y siniestros”, asegura la gerente de ventas nacionales de la firma Bosca Chile, Ingrid Bravo.
En cuanto a su uso, la experta recomienda mantenerla con tiraje medio y nunca en el mínimo de forma prolongada. Y lo más importante de todo, no utilizar solventes como la bencina o la parafina para encenderla.
Con todos estos antecedentes en las manos sólo resta disfrutar del calor que puedan brindar estos aparatos, pensando siempre que la seguridad y un buen aprovechamiento de la energía es fundamental para pasar un buen invierno.
Las estufas en números | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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